En la actualidad existen diferentes tipos de bolsas de polipropileno. Sin embargo, cada una de ellas cuentan con propiedades específicas que hacen que sea más adecuada para determinados usos, necesidades de embalaje y protección.
Sí es cierto que, en este sentido, todas las bolsas de polipropileno cumplen de manera sobresaliente con su función protectora, así como su versatilidad en procesos de publicidad y packaging.
Las bolsas de polipropileno con solapa adhesiva son perfectas para guardar y proteger diferentes elementos: ropa, joyas, pequeños objetos, elementos de papelería… De hecho, son una gran opción incluso para almacenar productos alimentarios que no sean demasiado voluminosos o líquidos.
Principales usos de las bolsas de polipropileno con cierre
Las bolsas de polipropileno con cierre, al contar con altas cualidades de protección y resistencia, pero con una mayor ligereza y menor densidad que el polietileno, son muy utilizadas en diferentes sectores: desde el sector alimentario hasta el de la estética, el escolar, el industrial o los relacionados con la hostelería.
Además, las bolsas con cierre suponen un plus de seguridad y protección. Por ello, las bolsas de polipropileno con solapa adhesiva, al permitir abrir y cerrar la bolsa tantas veces como quieras, son muy demandadas en el sector alimentario. Sin embargo, gracias a esta y otras características, su uso se ha extendido también a otros sectores como el farmacéutico, el textil, el cosmético e incluso el industrial.
En el sector alimentario, el mayor uso que se le da a las bolsas con solapa adhesiva es para guardar y almacenar productos frescos, dulces y alimentos de pequeño tamaño. En otros sectores, como el de la papelería, son muy útiles para guardar pequeños artículos o manualidades.